Más que las maravillas monumentales y los grandiosos paisajes, creo que lo que realmente hace interesante viajar es descubrir las pequeñas idiosincrasias de cada pueblo.
He aquí una ínfima recopilación, las cinco curiosidades más simpáticas con que me tropecé en Asia:
1. En Malasia, los semáforos animados. También los vimos en China, pero los malayos nos parecieron más divertidos. Cuando el semáforo se pone en verde, se enciende un personajito con sombrero triangular, que va caminando tan panchamente hasta que sólo le quedan siete segundos para pasar a rojo, cuando se echa a correr como un descosido.
2. En Vietnam, el doblaje. Increíble. En lugar de ponerle subtítulos a las películas extranjeras, ellos optan por rebajar el volumen de la versión original y grabar la voz del doblaje por encima. Digo bien “voz”, que no voces, porque la dobladora (que, para más inri, es siempre la misma para todas las pelis) lee la parte de TODOS los personajes, ya sean hombres o mujeres. Y cuando digo “lee”, también es literal, porque se limita a leer el guión, sin ponerle ni entonación, ni sentimiento, ni chicha, ni ná de ná. Vamos, que lo mismo le da estar leyendo el monólogo de Hamlet que el listín de las páginas amarillas. Ya no me extraño de que los vietnamitas les ganasen la guerra a los americanos: es el mismo pueblo que tiene la capacidad para tragarse “eso” y encima llamarlo entretenimiento.
3. En Laos, di que sí. Primera lección de comunicación intercultural. Para decir que sí en Laos lo que procede es emitir un sonido gutural, cuyo fonema soy totalmente incapaz de transcribir. Es más un ruido que una palabra. Para que te hagas una idea, te propongo que visualices esta escena: el día de tu boda (por ejemplo), el cura acaba de hacerte una pregunta importante, pero tu ex te ha amordazado la boca y tu suegro te está apuntando la sien con un revólver calibre 38. ¿Ya estás puesto en la tesitura? Bueno, pues ahora, intenta contestar afirmativamente a la pregunta y así es como se dice que sí en laosiano (creo que tendremos que subir un vídeo, porque esto no hay quién lo entienda).
4. En India y Nepal: sí, no, tal vez. Segunda lección. Aquí, para decir que sí se usa de un “meneillo” lateral de la testa, rápido y sin rotación del cuello (creo que va a hacer falta vídeo aquí también). La primera vez que te contestan así, como no vayas avisado, te quedas un poco a cuadros, porque no sabes si te están diciendo que sí, que no o que tal vez. Para decir que no, en cambio, lo que se usa es o bien un fuerte parpadeo con los dos ojos simultáneamente (como si estuviesen jugando al mus o algo); o bien un alzar de hombros que a nosotros más que una negativa, nos comunica un “ni lo sé, ni me importa”; o bien ambas cosas a la vez (sólo para fuertes disentimientos).
5. En China, los altos pagan. Los descuentos y gratuidades no dependen de tu edad, sino que están en función de tu estatura. Yo intenté aprovecharme, pero no coló…
He aquí una ínfima recopilación, las cinco curiosidades más simpáticas con que me tropecé en Asia:
1. En Malasia, los semáforos animados. También los vimos en China, pero los malayos nos parecieron más divertidos. Cuando el semáforo se pone en verde, se enciende un personajito con sombrero triangular, que va caminando tan panchamente hasta que sólo le quedan siete segundos para pasar a rojo, cuando se echa a correr como un descosido.
2. En Vietnam, el doblaje. Increíble. En lugar de ponerle subtítulos a las películas extranjeras, ellos optan por rebajar el volumen de la versión original y grabar la voz del doblaje por encima. Digo bien “voz”, que no voces, porque la dobladora (que, para más inri, es siempre la misma para todas las pelis) lee la parte de TODOS los personajes, ya sean hombres o mujeres. Y cuando digo “lee”, también es literal, porque se limita a leer el guión, sin ponerle ni entonación, ni sentimiento, ni chicha, ni ná de ná. Vamos, que lo mismo le da estar leyendo el monólogo de Hamlet que el listín de las páginas amarillas. Ya no me extraño de que los vietnamitas les ganasen la guerra a los americanos: es el mismo pueblo que tiene la capacidad para tragarse “eso” y encima llamarlo entretenimiento.
3. En Laos, di que sí. Primera lección de comunicación intercultural. Para decir que sí en Laos lo que procede es emitir un sonido gutural, cuyo fonema soy totalmente incapaz de transcribir. Es más un ruido que una palabra. Para que te hagas una idea, te propongo que visualices esta escena: el día de tu boda (por ejemplo), el cura acaba de hacerte una pregunta importante, pero tu ex te ha amordazado la boca y tu suegro te está apuntando la sien con un revólver calibre 38. ¿Ya estás puesto en la tesitura? Bueno, pues ahora, intenta contestar afirmativamente a la pregunta y así es como se dice que sí en laosiano (creo que tendremos que subir un vídeo, porque esto no hay quién lo entienda).
4. En India y Nepal: sí, no, tal vez. Segunda lección. Aquí, para decir que sí se usa de un “meneillo” lateral de la testa, rápido y sin rotación del cuello (creo que va a hacer falta vídeo aquí también). La primera vez que te contestan así, como no vayas avisado, te quedas un poco a cuadros, porque no sabes si te están diciendo que sí, que no o que tal vez. Para decir que no, en cambio, lo que se usa es o bien un fuerte parpadeo con los dos ojos simultáneamente (como si estuviesen jugando al mus o algo); o bien un alzar de hombros que a nosotros más que una negativa, nos comunica un “ni lo sé, ni me importa”; o bien ambas cosas a la vez (sólo para fuertes disentimientos).
5. En China, los altos pagan. Los descuentos y gratuidades no dependen de tu edad, sino que están en función de tu estatura. Yo intenté aprovecharme, pero no coló…
(Escrito por ella desde casita, en Castellón de la Plana, 24/02/08)
3 comentarios:
He seguido vuestro viaje desde más o menos desde que dejasteis Oceanía i la verdad ha sido la lectura de blog más amena de los últimos meses. Ha sido divertido leer sobre vuestras experiencias y nunca se me ha hecho aburrido (y eso eso a día de hoy es mucho). No se si pensáis volver a las andadas pero por lo menos yo estaré encantado de volver a leeros. Sin más felicitaros por vuestro blog (¿no habéis pensado en escribir un libro?, gente con menos talento y menos para explicar lo ha hecho sobre su viaje y tal vez os serviría para financiaros el próximo). Salud.
Javier
http://lagrantravessa.blogspot.com
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