30 junio, 2007

Mordor

De todos es sabido (¿verdad?) que “El Señor de Los Anillos” (LOTR) se rodó en Nueva Zelanda. A lo largo de ambas islas os encontrareis la posibilidad de hacer tours que os enseñarán, por un precio nada razonable, lugares como Hobbiton, Rio Anduin, Amon Hen, Isengard, Lothlorien, Edoras… En la Isla Norte, en el Parque Nacional de Tongariro (plagado de volcanes activos), se encuentra ni más menos que Mount Doom, y allí precisamente está el que es el primero de la lista de los 10 “Great Walks” de un día que se pueden hacer en Nueva Zelanda, el conocido como “Tongariro Crossing” que dura entre 7 y 8 horas y unos 19 Km de principio a fin. Y, obviamente, por allí tenía que pasar yo aunque el grado con que se calificara fuera como “Challenging” (baja Modesto, que sube…).



Tongariro Crossing, de Mangatepopo a Ketetahi


Con un madrugón que nos tenía desayunando en Taupo a las seis de la mañana, llegamos en autobús al punto de partida (el parking de Mangatepopo) con nuestros mapas y ropa de abrigo. El primer tramo, hasta llegar a “Soda Springs” era suave y sin mayor dificultad. El terreno se elevaba progresivamente pero era casi imperceptible. La mirada se desviaba constantemente a la derecha, donde el terreno volcánico se extendía hasta los pies del Monte Ngauruhoe (que entró en erupción tan recientemente como en 1975) . El paisaje rebosaba soledad e incluso la vegetación era baja y dura, adaptada a un entorno que parecía despreciar la vida. Solo especies que se aferraran a lo poco que se ofrecía pueden medrar en este paraje, donde no costaba nada imaginarse la presencia de inquisitivas y violentas patrullas de orcos.

Y entonces la correa izquierda de mi mochila decidió que aquello era más de lo que podía soportar y se rompió por el extremo inferior, justo cuando el mapa anunciaba que nos acercábamos a la “Escalera del Diablo”. Con más de siete horas de duro camino por delante, se me complicaban las cosas. La subida por la dichosa escalera era casi vertical y os puedo asegurar que no había escalones por ningún lado, sólo rocas y estacas que indicaban que seguías la dirección correcta. Cansado y con el hombro algo dolorido, pero contento, llegaba unos cuarenta minutos después a lo alto del difícil tramo.

Después de la dificultad llegó el respiro, momentáneo, por supuesto. El siguiente tramo era una planicie rodeada de muros rocosos llamada “Red Crater Ridge”, en la que el viento comenzó a hacerse presente, creando espectaculares remolinos en la arena. Cruzarla fue fácil, aunque incómodo. La parte complicada esperaba al final, una subida no demasiado escarpada ni pronunciada pero que presentaba peligrosas caídas a ambos lados. Esta sección se puede volver peligrosa los días en que hay mucho viento (que alcanza velocidades de más de 60 Kph) y ese era uno de ellos. Con la correa rota, mi mochila se movía violentamente hacia el lado del precipicio y me encontraba en un precario equilibrio. Hubo media docena de ocasiones en las que el viento me empujó hacia el abismo (no precisamente el de Helm) y la única manera de mantenerme en pie, dentro de la estrecha senda, era agarrarse precariamente a alguno de los postes que se repartían por el camino. Desde luego las vistas merecían el riesgo, porque estabas, a 1886 metros de altitud, sobre una capa de nubes.



De no hacer tanto viento o ser verano, ese hubiera sido el punto recomendado para detenerse y comer, pero dadas las circunstancias, había que hacerlo más adelante (aunque el cráter está activo y haya puntos calientes en el suelo). Así que cuesta abajo, para variar, y seguir adelante hasta los “Emerald Lake” (Lagos Esmeralda), muy bonitos de ver con el contraste de un color tan brillante contra los tonos ocres de los volcanes, pero contienen agua no potable y en los que no se recomienda el baño. Seguimos caminado por otra desierta planicie, el Cráter Central y después de una tranquila subida, el lugar elegido para el picnic es la orilla del Lago Azul (nada de baños aquí tampoco). El paisaje volcánico sigue sin inmutarse mientras bajamos a los 1450 metros de altitud de “Ketetahi Hut” (una de las cabañas en las que está permitido pernoctar) aunque vuelve a aparecer la vegetación, ausente desde que llegamos al Cráter del Sur, tras sufrir la Escalera del Diablo. Sin embargo, la última hora del trekking el paisaje cambia por completo y nos metemos (literalmente, porque nos rodea y llega casi a tapar la luz) bajo un espeso bosque autóctono que nos dejará en nuestro destino, el aparcamiento donde nos espera Nuds y su Wewi.


Al día siguiente el bus parte con destino a Auckland, la capital del país y destino final de este viaje. Yo decido quedarme para descansar de cinco días de viaje, aventura, acción y poco sueño ininterrumpidos. Nos alojamos en “The Parks”, que no parece un albergue sino un hotel. Tiene dos chimeneas, una cocina enorme, limpia y moderna, un Spa al aire libre, acogedores butacas y sofás, e incluso un mimosón perro (eso sí, en cualquier momento pienso que se oirá el ruido de hachazos quebrando una puerta y una anormal voz gritando “Cariño, ya estoy en casa”). Como le dije a Ellie, este es el sitio ideal para venir a aislarse y escribir una novela (no, Isabel, no, lo de ponerme a trabajar en el Premio Planeta no va a ser ahora).




Nota: Después del rodaje, se desmontaron las estructuras y artificios utilizados y se intentó que en las localizaciones se retornaran a su estado anterior. Por eso, no os desilusionéis si queréis visitar Hobbiton y ver las casas de los Hobbits pero sólo veis encaladas fachadas con agujeros. Lo mismo sirve para los paisajes naturales, embellecidos gracias a programas informáticos con el objeto de parecer más propios de otra era y otro mundo.Sin embargo, no hace falta infografía alguna para realzar hoy en día los parajes neozelandeses, tremendamente bellos sin necesidad de ningún ordenador.


(Escrito por él a, por fin, 6 grados centígrados en Christchurch, el 28 de Junio de 2007)

2 comentarios:

soymicmic dijo...

Que chulo ;)

Estuve hace dos años en NZ y flipamos con los paisajes... en lugar del Tongariro Crossing hicimos el trekking de tres dias, nos llovio, nos hizo sol y fue impresionante.

Y en la isla sur el Mildford Track... ufff...

No os perdais Nueva Zelanda... desde España son 24 horitas de vuelos pero se te pasan en cuanto llegas (aviso: extremadamente rigurosos en el aeropuerto para dejarte entrar: nos desinfectaron las tiendas y nos revisaron las botas)

Isabel y José dijo...

Hola soymimic,

Si hubiera sido verano yo me hubiera apuntado a varios dias en Tongariro y una de las cosas que no hubiera dejado escapar es la subida al Monte Ngauruhoe. Pero el tiempo estaba empeorando...

Ah, las aduanas en Australia y Nueva Zelanda! A mi me costo un rato entrar en el pais porque (habiendo hecho trekking en Tailandia) marque con un "Yes" la casilla correspondiente.

De todos modos, que te desinfecten la tienda de vez en cuando no viene mal ;)

Saludos,

Jose

(desde la State Libray of Victoria, en Melbourne la vispera de bajar a Tasmania)